BALNEARIO LA PUDA DEL MOTSERRAT

EL un antiguo balneario la Puda de Montserrat, hoy está protegido como bien cultural de interés local, en ruina y abandonado a su destino.
Situado en la orilla izquierda del río Llobregat, en el término municipal de Esparreguera, este majestoso edificio pertenece a la parroquia de Santa María de Olesa de Montserrat. Esto ocurrió desde el 18 de marzo de 1868.

La Puda es un edificio de notable dimensión, fue levantado con ladrillo y varios cuerpos, el cuerpo principal tiene planta baja, dos pisos y un piso inferior. Junto a este, hay otro edificio, de forma semicircular, que se compone de planta baja, dos pisos y buhardilla.
A continuación hay otro edificio de planta baja y dos pisos, y por último, también es formado de un  cuerpo de sólo planta baja. En la fachada se pueden distinguir elementos clasicistas: la simetría y la austeridad del conjunto, las pilastras de estilo jónico, el paramento almohadillado y el ritmo de las aberturas exteriores.


En cuanto al interior, la planta baja estaba destinada al balneario propiamente dicho y zona de recreo; las plantas superiores correspondían a las habitaciones de los bañistas y por un pasillo central con cubículos o habitáculos a ambos lados, en esta área encontraremos una  gran galería de baños, donde encontraremos bañera de mármol de muchos valores, baños turcos, saunas y aguas termales. Siempre en esta habitación de tamaño notable, podemos mirar la estructura de arcos que sostiene una bóveda cilíndrica corrida a lo largo del edificio. Tal altura le permite agujerear la parte superior con unas lunetas que dan ventilación y luz natural, necesaria dado que los vapores de agua sulfurosa podían acumularse en el local, sobre esta antigua galería de baños, estaban situadas unas habitaciones, salones restaurantes, comedor y bar.
















El establecimiento estaba situado en la misma orilla del Llobregat, donde desde el siglo XVIII, a raíz de un terremoto, brotaban aguas sulfurosas. La primera referencia histórica, sin embargo, data de 1718, cuando el doctor Salvador hizo el primer análisis químico de las aguas. Esta análisis comprobaban que las aguas, de naturaleza sulfurosa-sódica, brotaban  a una temperatura de 32 ° C y se calcula su caudal actual en unos 4 l / s que se vierten directamente al río Llobregat.

Estas aguas comenzaron a ser usadas con fines medicinales en 1818.
En el año 1829 se empezaron a construir dos edificios de baños, en cada de las dos orillas del Llobregat, aprovechando las dos surgencias de agua termal a ambos lados del río, bajo la dirección facultativa del médico Antonio Coca y Rabassa y la intervención de Salvador Garriga, un sastre de Esparreguera. Debido a la falta de dinero, Garriga se suicidó en 1831, y su hermano continuó las obras, asociado con Francisco Castells y Francisco Pedrosa. El año 1834 los edificios ya estaban en pleno funcionamiento. Las riadas del río Llobregat de 1842 y 1843 inundaron y arrasaron los edificios.

En 1829 se concede a Salvador Garriga de Esparreguera el permiso de obras de dos edificios de baños en cada orilla del río.
En 1839 se hacen cargo de las aguas D. F. Pedrosa y el Sr. F. Castillo de Pons.
El 1842-1843 unas riadas destruyen los dos edificios construidos; es entonces cuando una sociedad de accionistas con el doctor Subidas proyecta la edificación de un nuevo edificio (proyecto de Josep Oriol Bernadet 1846).

En 1856, la sociedad quiebra y vuelve a pasar a los anteriores propietarios.

El 12 de marzo de 1845, el psiquiatra Antoni Pujadas y Mayans completó la compra de los dos edificios y terrenos del balneario de la Puda, con la colaboración del comerciante José Oriol Negrevernis, con el objetivo de renovar las instalaciones, crear un nuevo balneario y un nuevo manicomio, y dar entrada a otros socios. Las previsiones de negocio no se cumplieron, en parte debido a la dificultad de acceso al balneario, ya que las facciones carlistas hacían inseguros los caminos. Surgieron muchos conflictos entre los socios hasta que la sociedad fue finalmente liquidada.

 De esta época es el edificio que se conserva en estado ruinoso proyectado por el arquitecto Josep Oriol y Bernadet que había de convertirse en uno de los balnearios más grandes de Europa, pero del que sólo se realizó el ala izquierda de todo el complejo.

El balneario se edificó en 1870 y se fue ampliando durante las dos décadas siguientes. Su momento de esplendor fue a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se puso de moda entre la burguesía barcelonesa, que se instalaba en el hotel Gori de Olesa, con el que le unía un servicio permanente de diligencias. Se cerró en 1958 y en 1971 sufrió muchos destrozos por una crecida del Llobregat.
A principios de los años 1980, el edificio era de un fabricante olesano que tenía pensado reconvertirlo en un hotel. Después lo volvió a vender en el ayuntamiento.

Actualmente El Balneario la Puda de Montserrat, que también era un Grand Hotel, está en ruina. En las fotos que os muestro se puede ver como con el paso del tiempo llego a quedar. Quedo solo un esqueleto de lo que antes era un Grand Hotel y Balneario del Montserrat, un sitio en ruinas pero lleno de historia que pasear dentro de él es espectacular y espectacular aún más es poder Acher alguna toma varadamente bonita. 
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