Jardins de Miramar

 Realizados entre 1919 y 1923, con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona 1929, estos magnifico jardines se encuentran en la montaña de Montjuïc, en el Distrito de Sants-Montjuic de Barcelona.
Esta oasis de paz, tine también una buena vista de la ciudad de Barcelona, una buena vista donde quien quiere sacar algunas fotos le saldrían de fabula.
Las vistas desde este mirador son emocionante por sus varios puntos de vista de Barcelona. Desde este puntos de vistas podemos mirar entre muchas cosas, el magnifico Hotel W Barcelona, las tres chimeneas en desuso que se encuentran en el Paral-lel, el World Trade Center Barcelona, la torre de la Funicular de la ciudad, gran parte del Puerto de Barcelona, la Sagrada Familia, el Tibidabo y muchas mas cosas de esta maravillosa ciudad.
Esto jardines son orientado hacia el mar Mediterráneo y en la cuesta sureste de Montjuïc, esta situado uno de los más conocido que lleva el nombre del poeta mallorquín Costa y Llobera: este estupendo edén compuesto de plantas de climas subtropicales y  de cactus de casi unos 200 años disfruta de un microclima que ha conseguido que al aire libre vivan especies no habituales del Mediterráneo. 
Algunos de estes cactus proceden de países y lugares exóticos como desiertos americanos, alturas andinas o Sudáfrica. 

La iniciativa de ajardinar la montaña de Montjuïc surgió a finales del siglo XIX: en 1894 se elaboró un proyecto a cargo de Josep Amargós que finalmente no fue llevado a término; en 1905 otro proyecto preveía la retirada de la distinción de plaza militar y la creación de un parque con jardines, pero no vino aprobado; en 1914 se hizo la primera actuación efectiva con la apertura de una avenida que conducía desde la Gran Vía hasta la zona de Miramar, a cargo nuevamente de Josep Amargós. 

Finalmente, el impulso definitivo se produjo con la celebración de la Exposición Internacional de 1929: en 1917 comenzaron las obras de urbanización de la ladera norte de la montaña, a cargo del ingeniero Marià Rubió i Bellver, mientras que el proyecto de ajardinamiento corrió a cargo del paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier, que contó con la colaboración de Rubió i Tudurí —director de Parques y Jardines de Barcelona entre 1917 y 1937, que realizó un conjunto de marcado carácter mediterráneo y gusto clasicista. Las obras se prolongaron hasta 1924, y consistieron principalmente en la constitución de los Jardines de Laribal y los Jardines del Teatre Grec, de estilo hispanoárabe, así como los Jardines de Miramar en la vertiente que da al mar en lo alto de la montaña.

















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